Mientras tanto Isaac cuyo hogar estaba en el Neguev, había salido a caminar por el campo para meditar, y levantando la vista vio la caravana que se acercaba. Rebeca lo vio también, y preguntó: ¿Quien es ese hombre que se dirige hacia nosotros a través del campo? Es el hijo de mi amo fue la respuesta. Entonces ella se cubrió el rostro con el velo. Cuando Isaac llegó hasta ellos el mayordomo le contó todo lo ocurrido. Isaac llevó a Rebeca a la tienda de su madre, y la amo mucho, y ella le sirvió de consuelo por la muerte de su madre. Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca. Y oró Isaac a Dios para que le diera un hijo a su mujer, porque era estéril, y ella concibió. Rebeca sentía que dos niños peleaban dentro de ella. Y consultó a Jehová, y él le dijo: Dos hijos hay en tu matriz que formarán naciones rivales. Uno será mas fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor. Cuando se cumplió el tiempo nacieron mellizos, y el primero era rubio y velludo, y llamaron su nombre Esaú. Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú, y fue llamado su nombre Jacob, y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.
Genesis 24, 25
